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- 9th of May 2025

En las últimas décadas, la maternidad ha dejado de ser un destino impuesto para convertirse en una decisión consciente y deseada por muchas mujeres. Este cambio refleja una transformación cultural profunda en México y en América Latina, donde la autonomía reproductiva y los derechos sexuales y reproductivos se han consolidado como pilares fundamentales de la igualdad de género y la salud pública.
La maternidad deseada implica que las mujeres puedan decidir libre y responsablemente si desean ser madres, cuándo y cuántos hijos tener. Este derecho está reconocido en instrumentos internacionales como el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (1994), que establece que todas las personas deben tener acceso a la información y los medios para ejercer este derecho sin sufrir discriminación, coacción o violencia.
En México, la maternidad está experimentando una transformación profunda. Lejos de los modelos tradicionales, las mujeres mexicanas están redefiniendo qué significa ser madre en el siglo XXI, priorizando su autonomía, bienestar y participación activa en la sociedad. Este cambio se refleja en diversas dimensiones: desde la decisión consciente de cuándo y cómo ser madres, hasta la creación de comunidades de apoyo y la exigencia de políticas públicas que reconozcan y respalden sus derechos.
A pesar de los avances, las madres mexicanas enfrentan desafíos significativos. La falta de políticas de conciliación entre la vida laboral y familiar limita el crecimiento profesional de las mujeres. Estudios indican que muchas madres trabajadoras reducen sus jornadas o enfrentan discriminación en promociones debido a la falta de apoyo institucional.
En respuesta, se han propuesto iniciativas como el Sistema Nacional de Cuidados, que busca reconocer y redistribuir el trabajo de cuidados entre el Estado, la comunidad y las familias. Este sistema pretende garantizar derechos sociales tanto a quienes requieren cuidados como a quienes los brindan, promoviendo la igualdad de oportunidades y la movilidad social.
Hoy, muchas mujeres cuestionan los estereotipos tradicionales que las vinculaban exclusivamente al rol de madres. Ahora, la maternidad se elige de manera consciente, considerando las condiciones personales, sociales y económicas, lo que permite una crianza más libre, responsable y saludable.
Este cambio también implica una transformación en las políticas públicas, que deben garantizar el acceso a servicios de salud reproductiva, educación sexual desde edades tempranas y una vida libre de violencia para todas las mujeres y niñas. Solo así se podrá avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria, donde la maternidad sea una elección y no una imposición.
Las nuevas maternidades representan un avance significativo en la lucha por los derechos de las mujeres y la autonomía reproductiva. Garantizar el derecho a una maternidad deseada es esencial para promover la salud, el bienestar y la igualdad de género. Es responsabilidad de todos y todas construir un entorno donde cada mujer pueda decidir libremente sobre su maternidad, sin presiones sociales ni restricciones legales.