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Las mujeres en la agenda global 2021



Las mujeres en la agenda global 2021

febrero 3, 2021 

Las mujeres han demostrado ser extraordinarias líderes ante la pandemia. Es hora de que su voz esté presente en todas las mesas de negociación y en los más altos niveles de toma de decisiones. Además de ser un asunto de paridad e igualdad, es un asunto de sobrevivencia de la humanidad y de gobernanza global. Las mujeres están presentes en la agenda global este año. Algunas son más visibles que otras. Hay quienes están en los foros internacionales dando la batalla por los temas globales y por la defensa de la democracia; otras están sobreviviendo. La agenda 2021 es una agenda complicada que nos obliga a entender, más que nunca, el impacto diferenciado para mujeres y hombres respecto de los acontecimientos y sucesos que tienen lugar y que se llevarán a cabo este año. No podemos hablar de democracia, migración, finanzas, toma de decisiones en todos los terrenos, gobernabilidad, paridad, democracia, seguridad (desde una perspectiva amplia que abarca desde lo militar hasta la seguridad de las mujeres en particular), energía, biodiversidad, cambio climático, ciberseguridad, conectividad, gobernanza digital, por supuesto la pandemia, entre otros, sin considerar cada tema desde la perspectiva de género. A la par, nos enfrentamos con una agenda global específica de las mujeres: la defensa de sus derechos, la representación política en los países, la violencia que afecta a 1 de cada 3 mujeres en el mundo en tiempos normales y que no ha cesado en el marco del confinamiento y la pandemia que estamos viviendo. A esto se suman los feminicidios, la violencia cotidiana que se considera “práctica cultural” como la mutilación genital, por ejemplo, y las desapariciones de mujeres dadas por prácticas discriminatorias y sexistas, como los abortos selectivos. No es menor incluir en este apartado el retroceso que se está dando en muchos países respecto a los derechos humanos de las mujeres y la batalla frontal que gobiernos populistas de derecha e izquierda han emprendido en contra del feminismo y de quienes lo defienden y se identifican con él. Debemos añadir el efecto específico que la crisis actual y COVID han puesto sobre la mitad de la población del planeta. La pandemia implicará para 96 millones de personas ingresar a las filas de la pobreza extrema. De éstas, 47 millones son mujeres y niñas. Sabemos que las crisis económicas a quienes más afectan son a las mujeres: no son sólo las que tienen los peores trabajos, tienen sueldos mas bajos, la mayoría se encuentra en el sector informal, sus ahorros son casi inexistentes y se ocupan del trabajo no remunerado, sino que a esto se suma la violencia doméstica que se ha potenciado en todos los países haciendo de las mujeres, niñas y niños las víctimas principales (esto sin contar a los integrantes no humanos de las familias, que viven la violencia de manera directa también cuando ésta está presente en los hogares). ¿Qué hacer y qué está sucediendo ante este escenario? Si bien la realidad es brutal y las cifras preocupantes, también es una realidad que los liderazgos de mujeres y los movimientos feministas han incrementado y sus voces se han fortalecido. Para muchas mujeres acceder a internet es un lujo hoy en día -considerando que el número de mujeres y niñas equivalente a la población de Estados Unidos no tiene acceso digital- pero para quienes tienen acceso ha representado una herramienta de unión, fortalecimiento y visibilidad. El aislamiento físico ha impedido que marchas y movilizaciones se lleven a cabo en muchos países ante las decisiones de gobiernos y gobernantes que intentan dar marcha atrás con los derechos de las mujeres en temas como el aborto o postulando a candidatos con antecedentes de violencia de género y sexual, como Salgado Macedonio en México. Ante esto, la movilización digital y las alianzas internacionales entre colectivas diversas ha favorecido que se magnifiquen las luchas, las voces y sus derechos. ¿Ha sido fácil? En lo más mínimo, pero el compromiso de mujeres y colectivas feministas ha trascendido las fronteras y ha permitido que se conozcan, sumen y apoyen. La Marea Verde en Argentina ha sido ejemplo para otros países, México incluido, y los avances y luchas han inspirado a colectivas y líderes diversas. En México, Nosotras Tenemos Otros Datos ha sumado voces de mujeres y colectivas de todo el país a favor de la defensa de los derechos de las mujeres ante la indiferencia del gobierno respecto a los feminicidios y al incremento de los mismos en el marco del confinamiento por la pandemia y ha servido de ejemplo para otros países que se enfrentan a gobiernos que, de facto, institucionalizan la violencia de género al simplemente ignorarla. ¿Qué hacer? Seguir usando los medios digitales para darle visibilidad a lo que sucede en todos los países y con las mujeres. Ante la omisión o la complicidad de los gobiernos, la cercanía digital y las alianzas a favor de los derechos de las mujeres, de su presencia en la toma de decisiones en todos los ámbitos (político, económico, financiero, cultural, médico, diplomático, seguridad, por mencionar algunos) es necesario. Las mujeres han demostrado ser extraordinarias líderes ante la pandemia. Es hora de que su voz esté presente en todas las mesas de negociación y en los más altos niveles de toma de decisiones. Además de ser un asunto de paridad e igualdad, es un asunto de sobrevivencia de la humanidad y de gobernanza global. Mientras sean los mismos quienes sigan tomando decisiones, las respuestas seguirán siendo las mismas y difícilmente encontraremos resultados diferentes. En muchos países habrán elecciones este año. Las mujeres representan un porcentaje alto de las votantes, y en países como México, la mayoría de las personas inscritas en el padrón electoral. ¿Qué hacer? Impulsar y promover que las mujeres voten en las elecciones de sus países y voten por aquellas candidatas y candidatos que tienen un compromiso probado con la defensa de los derechos de las mujeres y no por esos partidos y candidatos que sólo se interesan por ellas en tiempos de campaña. Un trabajo permanente y no sólo para esta coyuntura, debe ser el seguir impulsando liderazgos de niñas, jóvenes y mujeres en todos los terrenos y en las áreas tradicionalmente vinculadas a los hombres: desde las ciencias exactas (carreras STEM) hasta la política. Este es el momento para impulsar esos liderazgos y hacerles ver a esas niñas y jóvenes que su voz es importante y serán quienes decidan en el futuro cercano. También es momento de aprovechar el talento y la experiencia de las líderes seniors, esas mujeres de más de cincuenta años que tienen una enorme experiencia que aportar y cuyo talento y visión es necesario para construir mejores opciones para un mundo fragmentado, excluyente y en disputa permanente. Impulsar programas de empoderamiento económico para las mujeres y que promuevan su autonomía financiera y económica. Cuando una mujer tiene autonomía en este terreno, ella, su familia, su comunidad y el país se benefician. La autonomía les da libertad y es necesario que sean libres y autónomas para tomar decisiones y hacerse escuchar. Las mujeres somos la mitad de la población del planeta. Es hora de dejar de pensar como minoría e incidir de manera proactiva en la agenda global.