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La política, un ámbito de desigualdad entre hombres y mujeres



El análisis de la situación de las mujeres en el ámbito de la participación política concurre con el desarrollo de la teoría de género, un corpus de conocimiento fundamental a través del cual es posible distinguir y explicar los mecanismos socioculturales a través de los cuales las diferencias entre mujeres y hombres se han traducido en múltiples dimensiones de desigualdad de género.   

La política constituye uno de los ámbitos sustantivos en el que se expresa la situación de desigualdad entre mujeres y hombres. Sus dispositivos y estructuras restringen el derecho de las mujeres para acceder y participar de la misma manera que los hombres en los espacios políticos y de toma de decisiones y, en general, en todos aquellos ámbitos clave de poder, determinantes en la definición del interés colectivo de la sociedad.      

Las inequidades de género se mantienen vigentes en la participación política a pesar de la igualdad formal de las personas ante la ley que garantiza igual goce de derechos a mujeres y hombres, situación que constituye un problema central de las democracias modernas.      

Las raíces de esta desigualdad en la participación política de las mujeres se ubican, según la teoría de género, en la propia constitución del Estado surgido de la Ilustración, el movimiento político‐filosófico desarrollado en el siglo XVIII a través del cual se reconocieron como atributos exclusivamente masculinos la razón, la igualdad, la individualidad y la autonomía de los sujetos.

La Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, la última década del siglo XX se caracterizó en el plano internacional por la realización de una serie de foros que coadyuvaron a lograr a plenitud el reconocimiento de los derechos de las mujeres, a través del compromiso de los países para llevar a cabo medidas es‐ pecíficas a fin de garantizar la igualdad sustantiva de mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida.      

En este sentido, un foro importante en el impulso del reconocimiento de los derechos de las mujeres, incluyendo los derechos políticos, lo constituye la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena, en 1993. En su Declaración se insta a los gobiernos a facilitar el acceso de las mujeres a puestos de dirección y a permitirles  una mayor participación en la toma de decisiones.

En agosto de 2007 se llevó a cabo la Décima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, en Quito, Ecuador, en la que uno de los temas centrales de la discusión fue la participación política de las mujeres, por lo que  los países de esta región acordaron una serie de compromisos, entre los que destaca: 

Adoptar todas las medidas de acción positiva y todos los mecanismos nece‐ sarios, incluidas las reformas legislativas pertinentes y las asignaciones pre‐ supuestarias, para garantizar la plena participación de las mujeres en car‐ gos públicos y de representación política con el fin de alcanzar la paridad en la institucionalidad estatal (poderes ejecutivo, legislativo, judicial y regíme‐ nes especiales y autónomos) y en los ámbitos nacional y local, como objeti‐ vo de las democracias latinoamericanas y caribeñas.

Las construcciones socioculturales sobre género permean todas las esferas de la vida humana generando diversas inequidades. Es necesario medirlas y proponer alternativas de solución o modificación de políticas que las atiendan. La participación política de las mujeres va en camino y no debe detenerse. 

Fuentes:  

CEAMEG
http://www.diputados.gob.mx