¿Porqué hablamos de igualdad de género?

Hablar de igualdad de género nos remite primeramente a su definición más clara y exacta, se trata de un principio constitucional que estipula que las mujeres y los hombres son iguales ante la ley.

En ese entendido, queda claro que todas las personas, sin distinción, tenemos los mismos derechos y deberes frente al estado y la sociedad.

Por desgracia, pese a que esto es un decreto, no es precisamente un hecho porque esta igualdad de la que muchas personas, instituciones y gobiernos hablan, no se ve reflejada en oportunidades verdaderas para las niñas y mujeres.

Basta con decir que no corremos con la misma suerte cuando de tener un trabajo se trata, cuando levantamos una denuncia o queremos competir por cargos de representación popular, por mencionar algunos.

Si bien no es solamente responsabilidad de los gobiernos, si no de la sociedad en general, es fundamental conocer nuestros derechos para poder exigirlos. El saber qué los tenemos, aumenta nuestras posibilidades de defenderlos y desde luego exigirlos. En México, la desigualdad de género es evidente de muchas formas.

Y es el propio CONEVAL que muestra en sus indicadores de pobreza y género 2008-2012 que la desigualdad prevalece en todos los aspectos, y aunque se mantiene optimista ante una ligera mejora, no deja de aclarar en su estudio que la desigualdad en nuestro país existe en todos los ámbitos de su estudio: Hogar, ingreso, educación, salud, seguridad social, vivienda, alimentación y trabajo.

Son las instituciones y el estado los que deben velar porque la igualdad de género se concrete en hechos a través de un verdadero y eficiente empoderamiento económico, educativo y político, que se reflejará en un mayor desarrollo y en un real crecimiento de nuestro país.