Cargando...

La democracia partidaria en América Latina



La paridad de género ya es una realidad en México, tanto en cargos de elección popular, como en la administración pública de los tres niveles de gobierno y en los organismos públicos autónomos, luego de aprobarse una reforma a la Carta Magna, para garantizar ese derecho a las mujeres.

 

La inclusión de la paridad representativa en las leyes y en las constituciones de algunos países latinoamericanos ha producido avances innegables en los derechos de las mujeres en la región. La igualdad tiene el potencial de actuar como eje de regeneración de las democracias.

 

Pero, ¿Qué significa democracia paritaria? La norma marco del Parlatino denomina “democracia paritaria” al modelo de democracia en el que la paridad y la igualdad sustantiva encarnan los dos ejes vertebradores del Estado inclusivo, como también de los partidos políticos, que aspiran a gobernar y gestionar las instituciones del Estado.

 

Si bien el concepto de democracia paritaria surge en Europa, su proceso de construcción se está expandiendo en América Latina, donde ha cobrado un carácter multidisciplinar como catalizador de transformaciones profundas, con una hoja de ruta, la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

 

En nuestro país, actualmente, hay un 37 por ciento de  mujeres en la Cámara Baja y un 33 por ciento en el Senado. En 2013, el promedio nacional de escaños ocupados por mujeres en los 31 congresos estatales y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal era de 27 por ciento.

 

En la actualidad, 11 entidades federativas en México tienen la paridad en sus marcos electorales estatales. Con la reforma constitucional, México se suma a las Naciones que buscan acelerar el ritmo para que la igualdad sustantiva, es decir, la igualdad de resultados y no sólo formal entre hombres y mujeres se haga realidad.

 

Por su parte, fue Argentina el primer país del mundo que aprobó una ley de cuotas (la Ley de Cupos de 1991 que obligaba a los partidos a incorporar al menos un 30% de mujeres en listas electorales). Y son cinco países tienen consagrada la paridad representativa en su legislación o en la propia Constitución: Bolivia, Ecuador, México, Nicaragua y Costa Rica. También la recogen Panamá y Honduras, si bien la ley carece del rigor y voluntad política para hacerla efectiva.

 

La paridad es un gran avance para el empoderamiento político de la mujer, para contrarrestar esa falta de oportunidades histórica y ahora disminuir la brecha de desigualdades.