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La aventura por la superviviencia de las mujeres mexicanas



En la era de la “austeridad repúblicana” los servicios de salud en México enfrentan una de las crisis más graves, la cual atenta a los derechos y la vida de miles de mujeres.

Hablar de recortes presupuestales no debería significar poner en riesgo la salud que por derecho nos corresponde.

La falta de camas, insumos y personal, hacen que la estancia de las y los pacientes sea casi una aventura por la supervivencia.

Las instancias más afectadas con esta medida son el Instituto Nacional de Cancerología (INCAN), cuya reducción afecta a 3 mil 500 pacientes, mujeres que padecen cáncer cérvico uterino, cáncer de pulmón, de ovario y endometrio. La cual compromete la atención integral de las mujeres que no cuentan con seguridad social.

En el caso del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, Manuel Velasco Suárez, presentó una reducción del 68 por ciento en el presupuesto asignado para suplencia.

La esperanza de vida al nacer en nuestro país se ha incrementado casi 30 años en el último medio siglo. En la década de los años treinta, uno de cada cinco niños mexicanos moría antes de cumplir un año de vida y la mitad de las mujeres adultas fallecía antes de los 35 años de edad. Hoy 97 por ciento, de los recién nacidos alcanzan su primer año de vida y la mayoría de las mujeres puede llegar a vivir casi 80 años, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud. Pero estas estadísticas no son alentadoras paras las mujeres que viven en zonas rurales de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, donde la esperanza de vida es 10 veces menor que en las zonas urbanas de Nuevo León o la Ciudad de México. El caso más dramático es el de las poblaciones indígenas, cuya esperanza de vida apenas supera los 65 años.

Cuando hablamos de presupuesto público y asignación de recursos, muchas veces la empatía brilla por su ausencia, se analizan y asignan recursos sin conocer el impacto real que sufren los hospitales, pacientes y familiares. Contar con más o menos recursos financieros, e insumos, incide de forma directa en que haya una atención de calidad en tiempo y forma.

La desigualdad que enfrentamos las mujeres también se ve reflejado en el acceso a la salud y los derechos reproductivos, los cuales se profundizan en los grupos vulnerables.

Las medidas de austeridad son una condena de muerte para miles de mujeres mexicanas, en un país en el que el cáncer representa la segunda causa de muerte, y desde 2006, el primero para las mujeres que sufren cáncer de mama.