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La agenda de género como pieza clave de la agenda de sostenibilidad



  • ¿Qué avances se han logrado para las mujeres y las niñas?

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada en septiembre de 2015, aborda una amplia variedad de desafíos mundiales: pretende erradicar la pobreza, reducir múltiples desigualdades cruzadas, hacer frente al cambio climático, poner fin a los conflictos y mantener la paz.

Gracias a los incesantes esfuerzos de las entidades defensoras de los derechos de las mujeres de todos los rincones del mundo, el compromiso de la Agenda 2030 con la igualdad de género es notable, integral y transversal, pues está basado en los compromisos y normas recogidos en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.

La Agenda 2030 no deja lugar a dudas: el desarrollo solo será sostenible si sus beneficios favorecen por igual a mujeres y hombres; y los derechos de las mujeres solo se harán realidad si forman parte de esfuerzos más amplios para proteger el planeta y garantizar que todas las personas puedan vivir con respeto y dignidad.

La Agenda 2030 alberga el potencial de transformar la vida de las mujeres y las niñas de todo el mundo, a pesar de que los obstáculos sean desalentadores. Una política excluyente y basada en el miedo está ahondando las divisiones sociales, fomentando los conflictos y la inestabilidad; millones de personas se ven forzadas a desplazarse debido a conflictos violentos y catástrofes humanitarias. En medio de la crisis socioeconómica y política mundial, la promesa de la igualdad de género no solo permanece inalcanzable, sino que además los derechos de las mujeres se enfrentan a una resistencia renovada desde diversos tipos de fundamentalismos.

Las desigualdades de género se manifiestan en todas y cada una de las dimensiones del desarrollo sostenible. Cuando los hogares no disponen de suficientes alimentos, las mujeres suelen ser las primeras en pasar hambre. A pesar de que las niñas logran cada vez mejores resultados académicos que los niños, tanto en la escuela como en la universidad, esto no se ha traducido en una igualdad de género en el mercado laboral.

La diferencia salarial de género permanece en el 23% a nivel mundial y, si no se toman medidas contundentes, pasarán otros 68 años antes de lograr la igualdad en esta esfera. Si bien las mujeres han realizado importantes incursiones en la esfera política y han llegado a ocupar cargos en todo el mundo, su representación en los parlamentos nacionales, con un 23,7%, está todavía lejos de la paridad, y las mujeres políticas y votantes se enfrentan a amenazas y ataques, a acoso sexual continuo y a abusos en línea. Una de cada cinco mujeres y niñas ha experimentado violencia física o sexual por parte de su pareja en los últimos 12 meses.

Sin embargo, hay 49 países que no cuentan con leyes que protejan específicamente a las mujeres de esta forma de violencia.

A pesar de que su presencia es cada vez mayor en la vida pública, las mujeres continúan dedicando 2,6 veces más de tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres. Las mujeres y las niñas también son las principales encargadas de recoger agua y combustibles sólidos en los hogares que no cuentan con acceso a una fuente mejorada de agua y a energías no contaminantes, algo que tiene consecuencias negativas para su salud y seguridad.

La Agenda 2030 se basa en compromisos previos de respeto, protección y cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres. Reconoce la indivisibilidad y la interdependencia de los derechos, las interrelaciones entre la igualdad de género y las tres dimensiones del desarrollo sostenible, así como la necesidad de contar con un enfoque integral para su implementación.