Dentro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, se encuentra el de alcanzar la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición a través de la agricultura sostenible.
Las mujeres como agentes de cambio podemos contribuir a terminar con el hambre en el mundo.
Los huertos son los mejores aliados para fomentar el emprendimiento, además del bajo impacto ambiental, los productos cosechados son ricos en nutrientes y libres de toxicidad.
Por ende, no sólo mejora la calidad de los alimentos que se consumen de forma local, sino que además contribuyen a la autonomía económica de las mujeres.
Al contar con un ingreso propio, es más fácil que las mujeres se alejen de la violencia de género y del sometimiento por parte de sus parejas sentimentales.
En este momento nuestros suelos, océanos, bosques, el agua potable y la biodiversidad, está sufriendo un proceso de degradación debido a los procesos de sobreexplotación.
Además del cambio climático que repercute sobre los recursos de los que dependemos junto con los desastres naturales como las sequías e inundaciones obliga a las campesinas y campesinos a migrar en busca de nuevas oportunidades.
Necesitamos un cambio radical para alcanzar el objetivo planteado para el 2050 que buscar que 815 millones de personas en el mundo cuenten con alimentos de calidad. Invertir en la agricultura sostenible es crucial para ayudar a mitigar el hambre.
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